Elegir una escuela
La elección de la primera Escuela, es una decisión importante porque estamos en una etapa fundamental para el desarrollo de las personas, por tanto no da igual el contexto en el que se produce. Se trata de niños y niñas muy pequeños que pasan horas en una institución, en un momento en el que su cerebro, y sus emociones son extraordinariamente plásticos.
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Pero ¿cuáles son los criterios que creemos que pueden ayudar a las familias a elegir una escuela?. Pensamos que una escuela infantil tiene que ser un lugar creado y pensado para la convivencia de las familias, de los niños y de la niñas y los profesionales. Pensamos que debe de ofrecer unos espacios y una forma de hacer que den respuesta a todas las necesidades de los niños y niñas, afectivas, motrices, comunicativas, cognitivas,... Un lugar que reconozca y respete los derechos de los niños y niñas, su derecho al juego, a relacionarse, a desarrollarse a su propio ritmo (sin prisas, ni sobreestimulaciones).
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Desde esta perspectiva, algunos aspectos que se pueden tener en cuenta serían:
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LA PRIMERA VEZ QUE SE ACUDE A UNA ESCUELA. LA ACOGIDA
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Cuando entramos en el centro ¿nos trasmite familiaridad, afecto, sensación de bienestar, un lugar confortable semejante a un hogar o un lugar institucional, en el que resaltan fundamentalmente las normas que rigen dicha institución?
¿La entrada a la escuela refleja la identidad del centro? ¿Produce una sensación personal y original que la distingue de otras escuelas? El ambiente general es muy importante, porque es el ambiente el que sostiene todas las actividades, favorece los descubrimientos de los niños y las niñas ,las relaciones con otros. Por eso es importante observar si dentro del ambiente general encontramos lugares para que los niños puedan explorar, descubrir, encontrarse con otros para aprender a cooperar y convivir. Podemos decir, que es el espacio el que nos habla de la identidad del centro. Por esta razón nos parece importante resaltar EL MENSAJE SILENCIOSO DE LOS ESPACIOS;
Los niños y las niñas tienen derecho a crecer en lugares cuidados y agradables; Los espacios nos transmiten y promueve conductas, acciones, sensaciones. Nos hablan de los valores de la escuela, de la imagen de los niños y las niñas, de los aprendizajes......es decir nos habla y comunica. La escuela que elijamos nos debería de transmitir un mensaje de belleza, cultura, relaciones y conocimiento que no nos dejara neutrales a aquellos que las visitan.
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Para nosotras un espacio “amable” es aquel que se aleja todo lo posible de los dibujos infantilizados (tipo Walt Disney, etc...) y sí con reproducciones de obras de arte, fotografías, obras realizadas por los niños y las niñas... La armonía en los colores para favorecer la serenidad, la tranquilidad sin caer en la saturación cromática.
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¿Cómo son los pasillos del centro, hay propuestas para los niños? ¿la entrada de la escuela permite a las familias permanecer en el centro porque dispone de lugares para quedarse? ¿Hay un clima personalizado, hay imágenes de las experiencias y procesos que viven los niños dentro de la escuela? ¿Hay documentación de algunas experiencias que se dan en la escuela?
LOS PROFESIONALES ;Formación, titulación, experiencia y formación continua.
Estamos en una profesión poco valorada pero muy delicada, para poder ser profesionales competentes en la educación infantil, diseñar contextos de aprendizaje, reconocer las características particulares de cada niño y niña y saber dar una respuesta ajustada a cada uno, observar y respetar los ritmos de los niños y niñas, exige tener una formación de educadores o maestros especialistas en educación infantil y estar en formación continua.
Un proyecto común solo puede ser real si es construido y revisado por un equipo educativo. Es importante conocer si hay trabajo en equipo porque es lo que da coherencia y solidez al proyecto.
PROPUESTAS EDUCATIVAS DENTRO DE LAS AULAS
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La escuela infantil tiene que dar respuesta real a todas las necesidades de los niños y niñas: cognitivas, motrices, afectivas, de relación con los otros... dando la misma importancia a todos los ámbitos de desarrollo, nada es rutina en la vida de los niños y niñas en 0-3 años. Los hábitos de vida cotidiana: la alimentación, la higiene, el descanso, el vestido... son momentos privilegiados de relación personal y única con la educadora, en los que se construye un vínculo afectivo fuerte y seguro entre el niño y la niña y la educadora, que les permite abordar desde la seguridad otros aprendizajes. Ocupan un lugar importante en el día a día de la escuela. Cuanto más pequeño es el niño o niña deben ser realizados de manera más personalizada.
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¿Se facilita la participación y la autonomía de los niños y niñas en el desarrollo de sus cuidados? ¿Pueden decidir sobre sus gustos y cantidades de comida? o ¿hay una cantidad estándar para todos? ¿qué tiempos se ofrece a los niños, el mismo para todos o ajustados a sus ritmos?
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El nivel de autonomía y las características propias de cada edad son los criterios que marcan las diferencias en la organización de las diferentes aulas. ¿Hay evolución en las propuestas de juego que ofrecen las aulas de bebés respecto a la de 1-2 y de ésta en relación
a la de 2-3?
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La organización de los espacios de las aulas debe ser respetuosa con la actividad y los procesos educativos de los niños. Es aconsejable que estén distribuidas en distintas zonas y rincones de juego autónomo para que los niños y niñas puedan seleccionar y elegir aquellos objetos y materiales con los que quieren jugar y que les permiten hacer sus propios descubrimientos a través de su acción libre y autónoma basada en su interés personal. Solo a través de la acción construye el pensamiento.
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Los espacios exteriores tienen que ofrecer distintos tipos de juego para potenciar los aprendizajes en un entorno abierto. ¿se ofrecen propuestas diversas para que los niños puedan experimentar: espacios con arena, plantas, piedras, arboles, agua...,?, ¿lugares para trepar, esconderse, construir, correr...?
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Los materiales que se encuentren los niños en esas zonas cuanto más variados sean más rica será la acción que desarrollen: variados en texturas: tela, madera, hierro, ... abiertos en las acciones que proponen, los niños y niñas pueden crear e inventar con ellos (si sólo se ofrecen “juguetes didácticos” normalmente de plástico, se cierran las posibilidades creativas).
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Los objetos de la vida cotidiana y los materiales naturales: tierra, el agua, el barro, la luz,... son una fuente de investigación y de descubrimiento y vivencia de las cualidades de los objetos respecto a su sonido, forma, tamaño, temperatura, textura.
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El concepto que tiene el centro sobre como son los niños y las niñas y cuáles son sus necesidades, marca el modelo educativo que ofrece el centro. Si se piensa que el niño es un sujeto de derechos, una persona con capacidades para percibir, moverse, relacionarse con el entorno, y estas capacidades le permiten observar y actuar en él, de acuerdo a sus posibilidades e iniciativas, porque son competentes para ello. O por el contrario pensar en los niños como recipientes vacíos que los adultos tenemos que llenar porque los niños no saben y no pueden. La primera opción permitirá a los niños y niñas construir con su acción sus propios conocimientos y al adulto respetar su iniciativa y acompañar sus procesos, y en el caso de la segunda opción, el adulto dirige y los niños hacen, aprenden por adiestramiento.
LAS FAMILIAS
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La escuela debe ser una institución acogedora, permitiendo una acceso abierto, organizado y cotidiano de las familias. No es pertinente en las escuelas infantiles, donde se acoge a niños y niñas en sus primeros años de vida, restringir el acceso a las familias utilizando distintas estrategias que no permiten que éstas accedan a las aulas de sus hijos e hijas (excusas de los profesionales: se ponen nerviosos los niños y las niñas... las cuales en el mejor de los casos indican falta de seguridad de esas educadoras, y el peor, algo que esconder).
Las familias tienen derecho a observar como sus hijos se relacionan, disfrutan y aprenden en otro contexto que no es el familiar. Y por supuesto tienen derecho a despedirse tranquilamente de su hijo e hija, a hacer el transito casa-escuela ofreciendo el tiempo que el niño y la niña necesita.
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La escuela es un lugar de comunicación, reflexión y formación, es necesario que haya cauces para que las familias puedan expresar las dudas, incertidumbres, certezas, expectativas,... con otras familias y profesionales: encuentros en el día a día. Reuniones, tutorías en un clima de cordialidad, respeto y confianza mutua.
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La comunicación con la familia debe ser diaria, verbal y/o escrita, y sobre todo individual respetando la intimidad de cada criatura. Las informaciones relativas a su persona deben estar reservadas de las posibles miradas de otros, por tanto si están expuestas públicamente utilizar símbolos, iniciales u otros cauces que respeten su intimidad (cómo ha comido, dormido...).
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